POLÍTICA

Arturo Squella, presidente del Partido Republicano: “Con este cambio radical en seguridad, hay esperanza de que Chile vuelva a ser un país seguro”

En diversas encuestas, la seguridad aparece como la principal preocupación de los chilenos. ¿Por qué cree que el Gobierno de Gabriel Boric ha sido incapaz de enfrentar eficazmente esta crisis?

La izquierda históricamente ha cargado con una serie de complejos que les impide enfrentar la delincuencia con la determinación que es necesaria. Como han dicho en reiteradas ocasiones, ellos parten de la base de que el delincuente es víctima de la violencia estructural de la sociedad, y por lo tanto justifican conceptualmente la delincuencia, especialmente sí es útil para sus intereses políticos (los indultos y pensiones de gracia a delincuentes son un ejemplo paradigmático).

A tres años del gobierno del presidente Gabriel Boric, ¿cuál es el balance de su gestión?

La pésima gestión del Presidente Boric es crónica de una muerte anunciada. Las ideas que sustentan el proyecto político del Frente Amplio son contrarias al sentido común y a la dignidad de las personas, por lo que a la hora de implementar su programa, se enfrentaron a la realidad y a la mayoría de Chile que no quería tirar al país por la borda. El rechazo del 04 de septiembre produjo un antes y un después en un gobierno que ha mostrado una incompetencia absoluta a la hora de enfrentar las urgencias sociales.

El Partido Republicano ha sido muy enfático en la necesidad de medidas más duras contra la delincuencia. ¿Cuáles son las tres principales reformas que impulsarían en un gobierno republicano?

En el Partido Republicano creemos que es necesario darle un tratamiento distinto del que ha tenido hasta ahora la criminalidad en Chile. Muchas de nuestras medidas se desprenden de tres pilares fundamentales: Reivindicar el uso de la fuerza, restablecer el sentido de autoridad y anticipar la labor policial. Dentro de las medidas concretas se encuentran los cambios en materia de persecución y sanción penal, en concreto, perseguiremos a los delincuentes por su mera pertenencia a una banda criminal, reformularemos el tipo penal de asociación ilícita, tal como lo hicieron en El Salvador y las penas por este delito partirán en los

20 años. A esa base se le sumarán los años de condena de los otros ilícitos que puedan probarse en juicio.

En materia penitenciaria, replicaremos El Centro de Confinamiento para el Crimen Organizado y Terrorismo que existe en El Salvador (CECOT), donde los presos no podrán tener acceso a visitas ni pertenencias, no tendrán contacto con el medio libre y ubicaremos dicho penal en un lugar despoblado que nos permita tener un perimetro de exclusión de al menos 7 km, en materia de fronteras, implementaremos barreras materiales multifactoriales, se reestablecerá el tipo penal de ingreso ilegal al territorio nacional, con penas altas que permitan la retención de dichas personas. Con este cambio radical en seguridad hay esperanza de que Chile vuelva a ser un país seguro.

Uno de los problemas que enfrenta Carabineros es la falta de respaldo político, sobre todo después del estallido de octubre del 2019. ¿Cómo proponen fortalecer a las Fuerzas de Orden y Seguridad?

En El Salvador fueron enfáticos en señalarnos que la piedra angular del éxito que han tenido en materia de seguridad, ha sido la determinación que tiene el Presidente. La manera en que la autoridad política respalda a las FFAA y de Orden, es un elemento fundamental para que puedan ejercer sus funciones sin temor a ser perseguidos por las consecuencias que puedan darse de algún procedimiento.

PLAN DE GOBIERNO DE JOSÉ ANTONIO KAST

¿En qué aspectos principales se diferenciaría un gobierno de José Antonio Kast del modelo de gobierno de Chile Vamos? Usted ha hablado que la opción de Evelyn Matthei sería un gobierno de Chile Vamos 3.0

Creemos que ante la profunda crisis de seguridad pública, avance del crimen organizado y descontrol migratorio, se requiere determinación y carácter para enfrentar estos flagelos en nuestra sociedad. José Antonio Kast ha sido claro, desde hace varios años, en que Chile debe retomar el sentido común volviendo a principios básicos, pero fundamentales: respeto pleno al principio de autoridad; fortalecimiento y apoyo a nuestras fuerzas de orden y al ejercicio de la fuerza pública; control total sobre las fronteras, con una migración ordenada y debidamente controlada.

Han sido críticos con la gestión económica del actual gobierno. ¿Qué medidas económicas clave impulsaría José Antonio Kast para reactivar el país y fortalecer el desarrollo económico?

En el plano económico, el panorama es claro: mediocridad y estancamiento total, qué mejor ejemplo que el gobierno celebrando crecer al 2% anual. Chile requiere una auténtica transformación económica que pasa por reducir los impuestos, simplificar la burocracia estatal, terminar con la permisología y volver a valorar la inversión extranjera y el rol de la empresa, creadora de empleos y oportunidades. Sólo así podremos recuperar un crecimiento económico sostenible en el tiempo, al menos de un 4% anual, que permita a las familias chilenas desarrollarse con oportunidades y volver a soñar con heredar a sus hijos un país con mejores condiciones de vida.

Además de las políticas fuertes en seguridad, ¿qué otro plan de acción, en qué área, es prioridad hacer los cambios, a su juicio, que Chile necesita?

Chile enfrenta desafíos muy profundos en áreas muy sensibles. Me limito a plantear tres en esta conversación. Primero, debemos transformar nuestro sistema de salud, que ofrece a los chilenos una atención indigna, con decenas de miles de personas muriendo en listas de espera. Debemos avanzar hacia un sistema de salud digno, libre y de calidad. Los Republicanos creemos que el rol de los privados en esto es fundamental: cada paciente que necesite una atención de urgencia debiese ser derivado a una clínica privada si en un hospital no puede ser atendido. El foco debe estar en el paciente y no en la ideología estatista. En educación, la situación es dramática. Enfrentamos una verdadera pandemia educacional, con niveles de deserción históricos, liceos emblemáticos en el piso y un sistema de admisión escolar tremendamente injusto. Debemos recuperar el derecho de los padres a educar a sus hijos libremente, y trabajar por volver a fortalecer y promover los colegios particulares subvencionados, para garantizar que existan proyectos educativos plurales. El foco, por supuesto, debe estar puesto en la calidad de la educación, y un primer camino es mejorar las condiciones laborales de los profesores. Un tercer tema crucial es la crisis de natalidad que enfrenta nuestro país. Debemos construir un país que ponga nuevamente en el centro a la familia, que apoye la maternidad y que permita a los chilenos pensar en tener familias con seguridad y certezas, para que los niños chilenos crezcan en un país que les de oportunidades para su futuro.

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